La trascendencia es una de las búsquedas que hoy más importan a mujeres y hombres: cada vez es más evidente que la forma en que hemos vivido es inútil y acarrea sufrimiento.
Las respuestas que hemos obtenido en los diferentes caminos de crecimiento nos han traído hasta aquí…

Pero es propio del impulso evolutivo que late en nosotros, ir permanentemente un paso más allá. ¡Celebra la Vida! es espiritualidad práctica: no importa donde te encuentres porque el camino continúa justo allí.

No importa si tenés una religión u otra, o ninguna, porque la semilla de la divinidad no es otra que vos mismo. Nuestra misión es bendecirla para que brote con todos los colores, los sabores y los olores que son apropiados para cada uno.



¡Celebra la Vida! es la visión que hoy impulsa a tres seres con un amor intenso:  Diana Schifrin, Pablo de la Iglesia y Javier Aguilar(*). Esta visión surge de la experiencia compartida a través de sendas chamánicas, de  viajes a la India, de retiros y de una pasión por liberar al ser humano del sufrimiento entregándole la experiencia de la UNIDAD CON EL TODO.

El estado de Unidad es la respuesta a todas nuestras carencias,  que se manifiestan en lo individual y en lo colectivo. Desde la Unidad, es posible comenzar a escribir la utopía de la civilización emergente y vislumbramos que un mundo inclusivo, de paz y expansión está a nuestro alcance.

¡Celebra la Vida! es música: la que suena en tu corazón y donde se expresa tu existencia. Simplemente, queremos ayudarte a escucharla con claridad para que despiertes a tu leyenda personal.

¡Celebra la Vida! es respirar, bailar, fundirnos en un abrazo y descubrir cuánta dicha hay en este amor que está transformando el mundo.



Auspicia estos encuentros:


Sanando desde el corazón - Dra. Diana Schifrin



“Cuando me curo no soy el único que se cura”

Soy médica con formación tradicional, me encanta la ciencia. Siempre me apasionó el estudio y la investigación de las cosas que nos suceden en el cuerpo y en la salud en general.
Ya cuando era estudiante me interesaba en buscar nuevos horizontes, integrar la medicina con la psicología, con la sociología, sentía que no podía mirar a los pacientes, (en ese entonces mis primeras experiencias), como un hecho aislado del “TODO”.
Y así fue como dedicándome a la nutrición, profundicé el estudio y la terapéutica de los Trastornos de la Alimentación (Anorexia- Bulimia –Obesidad) desde un enfoque alternativo, integrador.
 Incluí e incluyo en el tratamiento el abordaje nutricional, respetando y dignificando la sensación de hambre como un “llamado” del cuerpo-mente al que hay que escuchar y saciar, y no manipular o luchar contra.
Me formé en EEUU con Jane Hirschmann y Carol Munter, precursoras de este enfoque, al que le fui dando naturalmente una forma más acorde a nuestra identidad.
Era una época de muchas satisfacciones laborales y personales, una gran alegría ver como las pacientes se mejoraban exitosamente.

Algo sucedió en mi vida, para ese entonces, algo que en ese momento fue un gran torbellino, derrumbe de todo lo conocido, y que hoy puedo contemplar con emoción, y compartirlo ya que sé, que puede ayudar a muchos.

Nació mi primer hijo, Tadeo, con Hipoplasia del ventrículo izquierdo, no se le había formado el corazón.

Los médicos que me atendieron en uno de los mejores sanatorios de la Capital, me informaron que no había cura, ni aquí ni en ningún lugar del mundo (fue en el año 96 donde aún no se hacían trasplantes cardíacos a recién nacidos)

Tuve que dejarlo ir con todo el dolor de mi alma, todo el dolor del papá,  y de todos nuestros seres queridos.

Quería seguir atendiendo” como siempre” y me desgarré los músculos de la pantorrilla, sin lugar a dudas  tenía que parar, TENÍA DESGARRADA EL ALMA.

A partir de ahí empecé a vivir un cambio, en mi percepción, en mis prioridades, ese momento de stop fue clave, empecé a DARME CUENTA.

Algo más estaba sucediendo, algo que no podía explicar con palabras, algo que me conmovía enormemente, que me sensibilizaba.
Muchas veces me acostaba a dormir y sentía que mi pecho, se salía de mí, latiendo, brillando, luminoso, una experiencia de expansión del corazón, hermosa, extática.
En el camino, nacieron mis dos hijas hermosas, mis compañeras de vida, permanentes maestras de la simpleza, lo espontáneo y lo esencial.
Como buena curiosa e investigadora comenzó ahí un camino de profundización de prácticas de meditación,  sanaciones energéticas, técnicas con imposición de manos entrenamiento mental , viajes a Universidades y academias de despertar  (en India y en EEUU)

Mas allá de las distintas y muy valiosas técnicas y disciplinas que aprendí y aprendo, está el hecho, el fenómeno que sucedió y sigue sucede, en el puro y vivo presente, se me abrió el corazón, el corazón energético, el corazón espiritual o “antariamin” como lo llaman en India.

Mi hijo Tadeo, me devolvió el corazón, el corazón que a él no se le formó renació en el mío.

Ahora, estoy abierta a todo lo que le sucede a todos los seres que se encuentran conmigo.
La vida se puso brillante, de colores, mi pasión es brindar sanación a todos los que la necesiten.
Ahora  sigo atendiendo desde mi conocimiento científico y desde mi alma, desde esa energía sanadora que palpita, que late, que brilla adentro mío.
Ahora la alquimia entre el conocimiento y el corazón hacen una danza, desde donde  sucede un fenómeno de curación maravilloso, inexplicable, que supera los límites de la comprensión con palabras.

Dra Diana Schifrin

Cotidianeidad Divina


“Soy una energía inteligente que todo lo abraza; 
algunas partes se funden amorosamente conmigo, otra se resisten pretendiendo afirmar su independencia y retrasando su evolución. Algunas descubren que más allá de su si mismo hay un manantial infinitamente generoso y se entregan a mi… para volver a descubrir que no hay nada más allá del SI MISMO.”

El problema de la humanidad es que hay muchas personas jugando a ser Dios… sin darse cuenta que realmente lo son; Sri Bhagaván nos ha transmitido una verdad muy profunda en uno de sus Sutras: “Dios y el hombre son dos extremos de la misma experiencia”.


Muchos se han preguntado si somos humanos con experiencia espiritual o somos seres espirituales con experiencia humana… algo que realmente es evidente, es que el ser humano necesita del espíritu para vivenciar la divinidad y la divinidad recurre a nuestros cuerpos para experimentar la humanidad.
A lo largo de los siglos, hemos tratado de crear un mundo mejor siguiendo las enseñanzas de los grandes maestros e iniciados –Buda, Jesús, Mahoma…-, y alrededor de ellos hemos estructurado toda una cultura de valores que nos indican el camino correcto; sin embargo, tarde o temprano, hemos violado esos códigos y experimentado culpa por ello.
La razón por la cual sucede esto es muy sencilla: todos estos códigos no nos resultan naturales y es muy difícil no contravenirlos; la única alternativa posible no pasa por imponer lo que es bueno o malo desde afuera, sino en despertar la inteligencia divina en nuestro corazón.

El estado de iluminación es aquel en el que hemos alcanzado la liberación del sufrimiento y desde el cual podemos alcanzar un estado de comunión con la divinidad; de algún modo, nuestra mente genera una mutación evolutiva en la cual lo que era natural para un Jesús se vuelve también para nosotros… dejamos de buscar su legado de conocimientos para pasar a ser guiados por la misma luz que a él lo guió.
Hoy nos regimos por leyes y códigos, los cuales fueron necesarios para un estado primitivo de la humanidad; siento que el próximo salto evolutivo es generalizar en toda la especie la experiencia de la inteligencia divina fluyendo en nuestro corazón.
A partir de ese momento, cobramos conciencia que las escrituras sólo habían sido textos muertos y nuestra relación con Dios, únicamente basada en una creencia; el “Despertar del Corazón” nos descubre la dimensión mística de la experiencia y la vida comienza a cobrar un sentido cargado de plenitud.

Si hemos sido cristianos, musulmanes, budistas, judíos…, lo más probable es que nuestra religión cobre un sentido nuevo para nosotros y nos transformemos en devotos más fervientes de lo que jamás hemos sido; en cualquier caso, comenzamos a ver y sentir a Dios en cada cosa, en cada acto, y este deja de ser una creencia para convertirse en una experiencia de gozo, libertad y un permanente crear y ser creado.

 



Pablo de la Iglesia 

EL PODER DE LA MÚSICA

Este video fue producido junto a la colaboración del arte de Victor Brossa
para promocionar Radio Infinito y el poder de la música que transforma. GRACIAS INFINITAS VICTOR!!!!! 
..
Versión Orignial con música de todos los tiempos

Versión Música Infinita con música de Javier Aguilar

"La Gracia; un canto de llamada de regreso a casa" (cuento)



Nuestra Fuente de Amor desea reencontrarse con sus partes perdidas, ya que sin ellas no está completa. Por eso un día ella tuvo una brillante idea, ir en busca de esas partes. Fue tan brillante esta idea, que cuando esta fue conocida en el mundo de las partes la llamaron “Inteligencia”. Luego esta Fuente entró en acción y comenzó a darle forma a esta Inteligencia para que sus partes separadas cuando la vieran se conmovieran y la reconocieran. A la forma de esta Inteligencia, las partes le pusieron el nombre de “Belleza”. Y así esta Fuente de Inteligencia y Belleza, en un arrebato lleno de inspiración, comenzó a emitir un dulce canto llamando a sus partes, y a este canto en este mundo le pusieron el nombre de “música”. Cada vez que un corazón escucha el canto proveniente de este manantial de amor, sorpresivamente se llena de lágrimas y tiene el recuerdo de su amada Fuente…el verdadero hogar. La Fuente siguió cantando, y emitió un sonido muy especial con su voz, dándole a éste, el significado de la Fuente misma, para que cuando las partes lo escucharan, recordaran el significado de su verdadero hogar. En este mundo de las partes a este sonido se lo comenzó a llamar como “Filosofía” en algunas regiones, en otras lo llamaron “Religión” o “Teología”. Con el tiempo este sonido también tomo el nombre de “Literatura”. La Fuente comenzó a inflarse y a inflarse de amor por estas partes de sus propias entrañas, y en otro arrebato de pasión emitió un canto mágico que al ondearse por el mundo de sus amados desprendía colores y formas llenas de infinita belleza. En este mundo a estos colores y a estas formas, en un principio les pusieron el nombre de “pinturas” y “esculturas”. Luego estos fueron tiñendo todas las formas del mundo y se convirtieron también en la “arquitectura” de los hogares y en el “diseño” de todas las cosas. Pasaron eones de tiempo en el mundo de las partes, pero en el Reino de la Fuente parecía solo un suspiro. Todas las formas del canto que ella había emitido, también habían comenzado a desintegrarse en más partes y partecitas, perdiendo así el poder del recuerdo y la belleza. Los corazones de estas partes comenzaron a sentirse tan pero tan solos y aislados, que desde esta profunda soledad emitieron un canto de pedido de ayuda a la Fuente de Todo lo que Es. En ese instante fuera del tiempo, la Fuente se conmovió profundamente de esta voz desesperada, y aunque no entendía el temor que este canto tenía impregnado, hinchó sus pulmones, y emitió un potente himno de llamado hacia todo el Universo para que todas, todas las partes perdidas lo escucharan y regresaran al instante. Este dulce y potente canto lo tomó todo, y todo se impregnó del aliento de esta Fuente. En este mundo que un instante desapareció en el amor por la Fuente, a este canto lo llamaron “Gracia”.

Del libro "Música Infinita" de Javier Aguilar

La enfermedad: un encuentro con vos mismo

Desde la mirada de la ciencia  tradicional, previo al conocimiento de la física cuántica que pone de manifiesto en el mundo que el observador modifica lo observado, desde la medicina con las leyes de la ciencia mecanicista (previa a Einstein y al descubrimiento del principio de incertidumbre de Heisenberg), uno veía a los síntomas desde un leve resfrío, hasta cuadros graves como un infarto o cáncer como algo que aparece de la nada, desde afuera o desde adentro de uno mismo, donde uno es víctima de esa circunstancia.
Por lo tanto no nos quedaba otra que luchar contra algo ajeno a nosotros.
  
Si hay algo que descubrí en mi despertar es que no hay nada fuera de mí, ni de vos, ni de nadie.
El cambio de paradigma  consiste en cambiar el punto de vista desde donde se produce la sanación.
Un simple resfrío necesita aceptación del estado que genera, sin juicio, sin conclusiones, sin interpretaciones, sólo desde la simpleza de entrar en la sensación que te produce, abrazándola, aceptándola y respondiendo a su necesidad, que por cierto cambia según la circunstancia.
La vida sólo existe como una experiencia dentro de vos mismo AHORA!!!! Es momento de que no te la sigas perdiendo buscando soluciones externas llamadas  recetas mágicas, medicamentos, acciones compulsivas, visitar a muchos médicos esperando que alguien ahí afuera tenga la verdad sobre vos.
Por supuesto que muchas veces para poder llegar al punto de aceptación tenemos que pasar por distintas instancias como enojo, rabia, angustia o dolor. Desde ahí sucede el milagro, justito ahí donde te encontrás de verdad es donde se produce la transformación.
Generalmente hacemos tantas cosas para negar, para no ver ni sentir,  no porque seamos malos o buenos, simplemente porque tenemos miedo, sentimos que si entramos a ese “lugar” a ese punto de rabia o dolor, ahí nos vamos a quedar.

Hermosos de mi corazón!!!!
No vamos a que dar abandonados en el sufrimiento, el Universo es benévolo. En el punto de total aceptación se abre el cielo, el único que está ahí perpetuando la resistencia y el sufrimiento sos vos mismo, tratando de pensar, analizar, buscando compulsivamente soluciones “afuera” de tu propio ser.
Vos sos la solución, adentro tuyo hay un amor inmenso pujando por renacer, tu alma tiene la solución.
Tu enfermedad es un regalo que te hacés para encontrarte con vos mismo, tu enfermedad es tu aliada. Si bien nadie quiere enfermarse, lo que sucede refleja una desarmonía en tu alma. Ésta te brinda la oportunidad de que hagas las paces con vos mismo. Es una señal que se enciende para llevarte de nuevo a la vida.
La medicina actual se centra en luchar contra las enfermedades, queriendo eliminar los síntomas. La medicina de la conciencia despierta se centra en conectar con la vida, incluir todo en la vida en este instante permitiendo que tu alma se sane integrándose a la energía del Universo.
Muchas veces te lleva a descansar, a parar, a bajar un cambio,  y confiar en tu Ser que habla en tu corazón. Habitualmente con el bullicio de la mente racional ni lo escuchamos, ahí la desarmonía, ahí el síntoma como regalo de ese ser sabio que llevamos dentro.
Y no es necesario ser religioso para creer en nuestra conexión interna con la Verdad.
Basta con creer en  vos mismo, en esa voz real que palpita dentro tuyo.
Las recaídas son la manifestación de que nos olvidamos nuevamente de conectar con nuestra alma, QUE ES DIVINA, la paz de tu alma te devuelve la salud, cada tropezón es una nueva oportunidad de sanarte de despertarte, de integrarte.
La apertura de conciencia te muestra que sea lo que sea que te esté sucediendo, ocurre para que veas más allá del limitado horizonte en el que te encontrabas.

No se trata de enfrentarnos a los tratamientos tradicionales que hasta ahora se realizan.
Queridísimos, la era Dorada es hoy, ya no tenemos que elegir entre una medicina u otra, AHORA es el fin de todas las dualidades, todo lo que hay  que hacer es sumar, aceptar, abrazar, AMAR.
Estamos viviendo la Era de la confluencia entre ciencia y espiritualidad, partes necesarias e inseparables en esta maravillosa danza que es estar vivos.

Desde siempre me enamoré de la situación de enseñanza–aprendizaje que es la consulta médica, ese encuentro real, momento de conexión de corazón a corazón, donde los límites de lo previsible se diluyen ante la presencia de la unión, del amor en acción.
Agradezco profundamente a mis padres el aprendizaje implícito de que la pasión es el motor de la vida y  que la chispa vital está en darse por completo a lo que uno siente y cree.


                                                        Dra. Diana Schifrin